Cada vez que viajamos en coche, cargamos el teléfono móvil o ponemos una lavadora, entre otras miles de rutinas, dejamos atrás una estela de gases que se acumulan en la atmósfera y sobrecalientan el planeta. Estas emisiones aceleran el cambio climático, como advierte la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y si no las neutralizamos a tiempo con la descarbonización de la economía y otras medidas, como los impuestos ambientales, nos espera un mundo más inhóspito a la vuelta de la esquina.
La huella de carbono mide las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la actividad humana.Encontramos diferentes tipos de huella de carbono:
PERSONAL: La huella de carbono personal es la que origina un solo individuo en su vida cotidiana al desplazarse, consumir, alimentarse y utilizar recursos como la energía.
EMPRESARIAL: Al igual que las personas, las entidades también realizan actividades que producen gases de efecto invernadero como, por ejemplo, durante la fabricación, el transporte o el consumo energético. La huella de carbono corporativa mide todas las emisiones GEI de las empresas y su alcance, tanto si son directas y pueden controlarlas como si no.
DE PRODUCTO: tiene en cuenta todo el ciclo de vida del producto, desde que se extrae la materia prima necesaria para la fabricación del producto hasta el final de vida útil y la gestión como residuo del mismo.
· Emisiones de alcance 1, Emisiones directas. Se trata de emisiones GEI liberadas por la propia empresa o persona en el lugar donde se produce la actividad, como por ejemplo las emisiones producidas por la combustión en calderas, vehículos, hornos etc.
· Emisiones de alcance 2: Emisiones indirectas asociadas a energía. Son emisiones de GEI asociadas a la adquisición de energía eléctrica por parte de la organización. Tienen su origen en fuentes controladas por otra entidad diferente.
· Emisiones de alcance 3: Al igual que en el caso anterior, se trata de emisiones de GEI consecuencia de las actividades de la empresa o persona, pero que ocurren en fuentes de emisión que no son propiedad ni están controladas por la empresa o persona.
Las emisiones promedio de los participantes residentes en España son de 5.5 ton CO2/año.
El intervalo en que más frecuentemente se encuentra la huella de carbono de una persona residente en España es de entre 3 y 4 toneladas CO2/año, donde están alrededor del 19% de los participantes.
En Extremadura en el año 2022 la huella de carbono fue de 5,793,161 T/CO2 del total de toda su población.
Reducir consumo de papel, reducir consumo de energía, reducir el volumen de residuos, ahorro de consumo de agua, fomentar el uso de transporte sostenible, consumir productos de proximidad y temporada, utilizar electrodomésticos de alta eficiencia energética, elegir consumo de energía renovable. Estas son algunas de las medidas que proponemos para reducir nuestro impacto y bajar considerablemente nuestra huella de carbono.